Me fui al mar para evitar tu silencio
silencio de ausencia y lejanía,
queriendo acallarlo, solo lo potencio
haciendo más fuerte esta gran agonía
Quisiera que el mar que me separa tu presencia
no acaricie tu cuerpo con sus brazos de sal,
y que la brisa fresca que te besa sin mi anuencia
te trajera a mí, calmando en mi alma este dolor brutal
Ojalá que el océano que te cortejó bastante
abrumado quizás por tu hermosura calmada,
respete nuestros lazos, aunque estés distante
y no te enamore así, porque tú eres mi amada
Te busqué en el horizonte y no pude encontrarte
pero el mar furioso me lanzó a su oleaje,
él te cree muy suya y para poder besarte
tomó el azul de tus ojos, en su azul marino como camuflaje
Si, él es así, alardea sus tonos de oro en el atardecer
para impresionarte mucho y poderte enamorar,
él te baña de besos tibios de sal, ¡quién lo puede creer!
para conquistar tu alma y tu cuerpo de mujer
El te brinda sorbos de brisa fresca
en copas prístinas de su horizonte lejano,
para emborracharte a ti y con su belleza pintoresca
tener tu amor, como queriendo volverse humano
Yo solo le grito, entre el oleaje profundo de su inmensidad
a ese mar alevoso, -océano poderoso que hoy te corteja-,
que me devuelva mi amada, ¡ que tenga piedad!
o que arranque mi vida, con este amor que el silencio aqueja
Valle de Oro, 15 de mayo de 2012