LUNES SANTO
a mis hermanas
Hoy como ayer, en plenitud viviendo
la tarde del recuerdo puro y santo,
arrodillado a mi Jesús le ofrendo
mi vida convertida en flor de llanto.
La Fe de mis mayores está ardiendo
sobre mi corazón con amor tánto,
que en éxtasis sublime le estoy viendo
cubrir con sus piedades mi quebranto.
En esta tarde de Jesús el Grande,
a quien la chusma infama siendo bueno,
y Él, a aquellos que injurianle perdona,
como la mirra el corazón se expande
de ternuras infantiles lleno
besa sus pies y la oración entona.
Caracas, 30 de marzo de 1.919