FLORES DE PENITENTE
Y me parece un siglo… Aquí la ausencia
hiere mi corazón con sus crueldades,
señalando las vastas soledades
donde erra mi espíritu en esencia…
Marchita está la blanca florescencia
de aquel árbol que amé por sus saudades,
en las tardes de cuaresma y de piedades
finge el alma de Cristo en penitencia.
En sitio por el fuego calcinado…
unas cifras, que el tiempo no ha borrado,
hacen memoria de los dulces días
cuando trepando los desnudos flancos
corríamos a hurtar a los barrancos,
las flores de más santas agonías…
Caracas, 31 de marzo de 1.920