MOTIVO
Rosalinda, cuán coqueta
con su pomposa melena
luce su gala morena
conmigo en la plazoleta.
Nos da un galán su saludo…
ella le guiña los ojos…
y yo me lleno de enojos
porque le sirvo y la escudo.
Pero la inquieta chiquilla
bajo el sol y sin sombrilla
me hace un gesto de amenaza
y me murmura al oído:
– No me culpes. Dios ha sido –
– quien ha salado mi traza –
Guanare, 1.922